martes, 30 de junio de 2009

ARTICULO DE OPINION: PERO QUE GANAS DE HACER BERRINCHES RAFAEL!

Amigos lectores de Sangre, Seda y Sol, el pasado domingo en la Monumental México, el empresario Rafael Herrerias, protagonizo un hecho bochornoso, subio al palco de la autoridad, lo encaró y lo insultó; la razón, que al novillero tlaxcalteca, Jaime Ruiz, no se le concedió la oreja del astado de su presentación en el gran coso, lo que fué suficiente para que el doctor, se enfureciera y haciendo el berrinche de su vida, decidió terminar con la temporada, mientras no exista un cambio en el biombo de la autoridad. Lo acontecido en La México me parece una bofetada a la fiesta mexicana. Es aberrante ver que existen personas que quieran mangonear y manejar la fiesta como ellos quieren, saltándose reglamentos, autoridades, códigos y todo el entorno que envuelve a la fiesta de toros. Y es que los festejos taurinos no se pueden manejar como si fuera una fiesta particular, donde yo llevo mis toros, pongo a mis toreros preferidos y encima quiero que el juez de plaza se rinda a mi voluntad, porque a fin de cuentas, el que pone el dinero para la fiesta soy yo y puedo hacer lo que quiera. No señores, la fiesta brava siempre se ha regido por reglamentos y por leyes que se tienen que respetar, gusten o no, esten bien redactados o no, pero están ahí y hay que acatarlos, como ha sido siempre. Quizá, basandonos en esta reglamentación taurina, que es muy clara, podría entender un poco la molestia de Rafael Herrerias, ya que, efectivamente, la oreja fue pedida por la mayoria y el juez Balderas no la concedió; pero de ahí a perder los papeles y la dignidad, con un protagonismo desmedido, enloqueciendo materialmente, hay mucha distancia, ya que las autoridades merecen respeto, aunque se equivoquen, la Plaza México, que se supone es la más importante de éste país, también merece que se le respete y el mismo Dr. Herrerias, tendría que mantener la cordura y darse el lugar que tiene,como empresario de la primera plaza de la republica mexicana. El anuncio de Herrerias de suspender la temporada, dejó helado a más de uno. Novilleros, subalternos, aficionados y toda la gente que obtiene un ingreso, cuando se dan festejos en la gran plaza, se han quedado con un palmo de narices, por el berrinche terrible del empresario, que optó por cerrar "su plaza", hasta llegar a un arreglo con las autoridades del Distrito Federal. En fin amigos aficionados, nuevamente un caprichoso Rafael Herrerias es protagonista por sus acciones, aunque esperemos que reflexione y que se de cuenta que la única que sale dañada, es nuestra deteriorada fiesta taurina. Rafael ya no hagas berrinches, mejor dialoga y si tu tienes la razón, las aguas volveran a su cauce, como tu quieres. Fernando Lahoz

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