ARTICULO DE OPINION: "EL QUE TUVO, RETUVO"

Estimados lectores, el pasado sábado fuí invitado a un festival taurino en la plaza San Marcos de Aguascalientes y tuve la fortuna y la dicha de reencontrarme con un gran torero, Hector de Granada. Matador de toros aguascalentense, con una gran calidad, tecnica inmejorable, siempre pensando delante de los astados y que por circunstancias del destino, no llegó a las alturas que su persona se merecía. De Granada tuvo una gran carrera novilleril; triunfador de todas las plazas, sobre todo de la gran México, dónde fue triunfador absoluto de la temporada, dejando un gratísimo sabor de boca entre los aficionados capitalinos, que siempre le vieron con agrado, por el gran temple y la profundidad que imprimía a sus trasteos. Llegó a tomar la alternativa con toda la categoría del mundo; feria de San Marcos, Manolo Martinez, padrino y Miguel Espinosa "Armillita" de testigo, con toros de Begoña, mejor no se podía. Pero algo pasó en la carrera de este extraordinario torero. Las oportunidades empezaron a escasear, las empresas no le tomaron en cuenta, increiblemente. Y así, todos los esfuerzos de Hector, que tuvo tardes maravillosas y realmente de tomarse en cuenta, se estrellaron en una pared de ceguera por parte de los empresarios, que no quisieron ver que en el de Aguascalientes, estaba una figura del toreo en ciernes. De Granada lo buscó por todos los medios y cuando se dió cuenta que en su país, no había forma, emigró hacia tierras andinas a buscar la gloria que sus paisanos le negaron; toreó bastante en territorio peruano, tragando corridas con más de 600 kgs. , "moruchas" casi todas, pero forjandose con la ilusión de torear en Acho, una plaza con gran tradición y repercusión a nivel mundial. Pero para su mala fortuna un pitón le atravesó el muslo gravemente, poniendole al borde de la muerte y ahi, creo, que a este arista de los ruedos, se le acabó la ilusión. Yo quiero imaginar que Hector, muchas noches, se dió a la tarea de pensar en su futuro dentro de la fiesta, porque con su amor y su afición a los toros, no podria estar alejado de lo que le hace vivir y respirar. Así que optó por enseñar a los principiantes; es de los pocos matadores en el retiro, que no se han amargado y que prefieren compartir sus conocimientos con los jovenes, que quedarse en casa mascando los recuerdos de lo que no pudo ser. Hector es maestro de la Escuela Taurina de Aguascalientes, pero ayuda a cualquiera que se le acerque a pedir un consejo, no se guarda nada, su gran amor a la tauromaquia le ha llevado a eso, a ser maestro de todos. Y la calidad de De Granada no solamente pasa por lo humano y lo didáctico, el sabado pasado delante de un novillo muy malo de Los Rodriguez, me demostró y me reafirmó, que si ha habido algún torero desperdiciado en este país, es él. Con paciencia, temple y poder, le pudo robar muletazos extrordinarios a un astado, que en otras manos, no hubiera pasado de "tres pases y a matar". Pero este hombre se sintió torero una vez más, hizo el esfuerzo, se puso cerca, paso miedo y acabo sometiendo al burel, que no tuvo mas que rendirse ante las buenas maneras de Hector. Al terminar el festival pensé, que falta nos hace, en esta fiesta mexicana tan triste, un torero como Hector de Granada y ojalá, que toda su labor de enseñanza, nos pueda dar uno o dos toreros, la mitad de grandes de lo que él fué. Fernando Lahoz