jueves, 23 de julio de 2009

UNA PROMESA Y SU MANO IZQUIERDA PRODIGIOSA: JORGE DIDIER.

Estimados lectores de Sangre, Seda y Sol, Aguascalientes en estos últimos años, se ha caracterizado por sacar toreros, novilleros y matadores,que de una u otra forma, han despertado a esta fria y triste fiesta mexicana.

Nombres? Muchos. Unos más destacados que otros, pero la camada es importante; incluso hacer una lista de todos ellos, llevaría varios renglones de este artículo y quizá podría omitir algún nombre lo cual seria injusto.

Pero dentro de toda este cúmulo de jovenes toreros hidrocálidos, hay uno que me ha llamado poderosamente la atención: Jorge Didier.

Este chiquillo llegó a la plaza de toros San Marcos, casi sin saber nada, buscando que, como en los viejos tiempos, el hacerse torero y triunfar, le ayudara a sacar adelante a su familia.

Jorge es un muchacho humilde, sencillo, que solamente tiene en mente una cosa, hacerse figura del toreo.

La primera vez que tuve oportunidad de verlo actuar, fue en una novillada de selección, con novillos de Jorge de Haro, muy fuertes y con muy malas ideas; Didier estuvo valiente, pero como decimos en el medio, "a los topes"; cinco volteretas, tres pases, estocada y oreja. Bien para ser su debut con caballos, con decisión, no se arrugó nunca y eso es de agradecer.

Posteriormente y como premio a su triunfo, se le anunció en una tercia, fuerte compromiso para un chico con nulo rodaje y con otra novillada muy cuajada. Todos pensamos que al chiquillo le pesaria todo el entorno y nuestro deseo es que saliera ileso del festejo.

Pero para sorpresa de todos, cuando Didier tomo la muleta con la mano izquierda, la magia, los duendes y las musas bajaron al ruedo sanmarqueño. No se si fueron seis o siete naturales impactantes, con un temple y una tersura que firmaría cualquier figura del toreo. Sentado en los riñones, acompañando con la cintura, con una despaciosidad increible, que arrancó en el tendido, los olés más profundos y roncos de toda la temporada novilleril.

Ya en su segunda comparecencia, las cosas no les rodaron de la misma manera, aunque volvió a dejar esos detalles con la mano natural, que hacen que a uno como aficionado, se le enchine la piel de la forma tan maravillosa de manejar el toreo con la mano de cobrar.

Jorge Didier logró todo esto con lo más minimo de festejos que se puedan tener para presentarse con caballos, pero aún así, demostró unas cualidades que muy pocos tienen. Tiene valor, intuición y sobre todo, tiene sentido del temple.Yo no se si sea zurdo, pero lo que si sé, es que tiene una mano izquierda privilegiada.

Es muy tempranto para vaticinar sobre el futuro de Jorge, pero me parece que en cuanto le den más toros y pula todos esos defectos, que son lógicos, podremos hablar de una nueva promesa del toreo mexicano, nacido en Aguascalientes.

Fernando Lahoz

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