martes, 5 de mayo de 2009

EL AMIGO, EL HOMBRE, EL TAURINO.

Estimados lectores, dentro de la gran masa que se da cita en los cosos taurinos, existen, aunque muy escondidos, aficionados de los buenos, romanticos de la fiesta, que les hierve la sangre cuando escuchan el sonar de los clarines y les sudan las manos cuando el toro aparece en el ruedo.
Son personajes sin protagonismo, callados, analiticos, que se emocionan con lo bien realizado y repudian aquello que daña la esencia del toreo. Siempre respetuosos de los protagonistas, pero exigentes en los procedimientos. Tienen bases y fundamentos para charlar de toros y las tertulias podrian ser interminables, escuchandoles y debatiendo con ellos.
Uno de estos aficionados "chipén", es Gerardo Gonzalez. Aguascalentense de nacimiento, pero sevillano de corazon. Gran hombre, padre de familia ejemplar y mejor amigo, siempre dispuesto a quitarse el pan de la boca para darselo a los demas.
Aun sin antecedentes taurinos en su familia, por sus venas corre sangre torera, su vida siempre ha girado alrededor de la fiesta, es un enamorado de la misma y la ama y respeta como el que mas.
Cuando era mas joven, quiso ser torero, pero las circunstancias de la vida no le llevaron por ese camino. No se amargo nunca, al contario, todas sus andanzas, lo conviertieron en lo que hoy es, un gran aficionado.
Pinocho, como le decimos sus amigos, siempre le encuentra virtudes y defectos a todos los toreros, aunque su pasion y su locura, son los toreros de arte.
Profundo admirador del Faraon de Camas, Curro Romero, de Rafael de Paula, de Manzanares padre y ahora de Morante de la Puebla, mientras que en México, siempre fue incondicional de Manolo Martinez y de Miguel Espinosa.
Con Gerardo da gusto ir a cualquier festejo, es a los hombres que se les aprende, es un hombre culto en toda la extension de la palabra, con él, ademas de charlar de toros, se puede platicar de cualquier tema y eso enriquece a cualquiera.
Este hombre, es de los aficionados que hacen falta para enseñar a las nuevas generaciones. Sus conocimientos y su profundo respeto por todo lo que rodea a la fiesta, es lo que los niños y jovenes, tendrian que aprender, para que la grandeza de los toros, vuelva a ser lo que era antes.
Aficionados como Gerardo, quedan muy pocos, asi que habria que aprovecharlos, incluso en las escuelas taurinas, dando algunas conferencias.
Amigos, como el muy pocos!
Fernando Lahoz

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