martes, 28 de julio de 2009

NOTAS TAURINAS POR FRANCISCO LAZO.

Amigos, comienzan a escucharse nuevas voces contra el cierre de la Plaza México sin detenerse aparentemente en buscar quienes son los culpables de tan lamentable determinación. Decíamos que esto no puede durar, pues son muchas las personas que salen perjudicadas por la tozudez de los responsables de este grave conflicto que lesiona a múltiples hogares por la falta de ingresos económicos de todos los que viven alrededor de la fiesta de toros. Y los taurinos siguen fieles como pudimos ver el sábado pasado en la Plaza Arroyo de Tlalpan, que a pesar de los pesares inauguró su temporada con un lleno en los tendidos. Es indiscutible que el toreo es uno de los espectáculos que más atraen grandes públicos, pero en esta ocasión ambos se cansaron de tantos problemas, pues, por lo pronto no han vuelto todavía masivamente al embudo de Insurgentes que tuvo que cerrar sus puertas. Hemos dicho que es indudable que hay diferencias entre la empresa y las autoridades y eso mismo impide una pronta resolución que está ahí asomándose a las puertas de la Monumental plaza capitalina. Y no obstante de todo eso poco vivirá el que no vea el desenlace de esta contrariedad que agrava el mal humor de la afición que va disminuyendo notablemente. En el festejo del sábado pasado la concurrencia fue nutrida pero al parecer disgustada, contagiada del clima que ha creado el problema mencionado en estas líneas, pues los sucesos producidos en la arena no lograron mitigar del todo aquel sentimiento adverso. Cierto que se aplaudieron las actuaciones de los novilleros, el mexicano Luis Conrado y del colombiano Juan Solanilla, quienes sostuvieron un mano a mano alcanzando buenos momentos y malos escuchando avisos. Conrado además no avanza en sus experiencias y lo mismo se pasa al enemigo por la faja que deambula por todo el ruedo sin encontrarse con el triunfo y si acaso en su segundo pudo sacar provecho de una res que se quedaba corta, pues le toreó a una distancia escalofriante. Mal anduvo con la espada lo mismo que el sudamericano quien toreó bien pero mató mal a su primero al que le había hecho una faena ajustándose tanto que se manchó la casaquilla y la taleguilla de sangre de toro, entusiasmando a los espectadores. De estoquearlo bien le corta las orejas al magnífico astado a cuyos restos el juez ordenó arrastre lento y en el último de la tarde, Solanilla se descompuso toreando a tanta distancia que se le dificultaba ligar pases y dejó ir otra buena oportunidad. Por su parte, el rejoneador Julián Viveros tuvo momentos que le hacen augurar un buen futuro y los fornidos Forcados Mexicanos fallaron en su primera pega pero su segunda fue sensacional, por lo que les hicieron dar una vuelta al ruedo. El hierro guanajuatense de Marrón lidió cinco novillos que tuvieron buena presencia y desarrollaron en general buen juego. Y al final del festejo el público les aplaudió con fuerza. Y amigos, recordemos hoy afectuosamente a Carlos Trápaga Barrientos, quien fuera cronista y Director de ESTO y el que hace un año dejó de existir dolorosamente. Dios le tenga en su Gloria.

No hay comentarios: