martes, 25 de agosto de 2009

NOTAS TAURINAS POR FRANCISCO LAZO.

AMIGOS, las jornadas del sábado y domingo pasado en las plazas Arroyo y la Monumental México de esta capital fueron plausibles por la selección del ganado y decepcionantes por la actuación de los alternantes, pues en ambas se desperdiciaron lastimosamente las oportunidades que dieron los novillos sin que los jóvenes coletas mostraran o ratificaran sus cualidades y posibilidades. Los astados de buena presencia y raza procedentes de las ganaderías de Rosas Viejas, jalisciense y propiedad de D. Fernando J. Topete Ceballos y particularmente los del hierro zacatecano de D. Sergio Rojas González que envió a la gran plaza de Insurgentes seis novillos finos, bien armados y de juego excepcional por su bravura y calidad y que se los llevaron al destazadero sin los honores que su raza merecía. Por su parte los alternantes de los dos festejos se desdibujaron en sus actuaciones al desaprovechar la magnífica ocasión que les brindó el ganado, pues no les hicieron la faena correspondiente ni obtuvieron trofeos. Y uno supone que los coletas participantes en estas plazas han sido observados previamente a su inclusión en los carteles y que la primera y principal condición para calificarles ahora que se inician en la aventura del toreo es el valor y su decisión para enfrentar y beneficiarse del enemigo. El tlaxcalteca Óscar Amador quien había triunfado el sábado anterior cortando dos orejas en el coso tlalpense le correspondió uno que tenía las complicaciones propias de su raza y no le pudo aunque tampoco rehuyó el compromiso y le enfrentó con poca fortuna artística y se hizo aplaudir por su indeclinable empeño al buscar el triunfo. Y ahora se irá seguramente a otras plazas del interior del país a buscar el fogueo que es necesario para hacer lucir sus buenas maneras. Fue indudable que la nota sobresaliente de las funciones en cuestión la dio el encierro de D. Sergio Rojas lidiado el domingo en la Plaza México, novillos que fueron aplaudidos desde su entrada al ruedo por su imagen y durante su juego en los tres tercios. Fueron bravos distinguiéndose en la pelea con los caballos dos de ellos que recibieron fuerte castigo de los lanceros y todos terminaron metiendo la cabeza con claridad en el engaño, lo mismo en campo abierto cinco y uno cerca de tablas dando oportunidad a faenas de lujo y al final del festejo la joven hija del ganadero Paulina, fue paseada a hombros. Fue muy celebrada la conducta de los astados por los aficionados y público que los aplaudió a todos en el arrastre, recordándonos en estos momentos otras épocas en que el toro y su juego eran los astros de los ruedos y que los toreros que les podían eran figuras del toreo. Y para el buen aficionado lo siguen siendo en ese orden y eso en lugar de menospreciar al hombre vestido de luces le enaltece al crear arte ante el peligro, bravura del animal. Y si queremos enriquecer nuevamente nuestro elenco artístico requerimos de manera indispensable reses como las jugadas el pasado fin de semana en Arroyo y la México que dan experiencias y producen la auténtica destreza en el toreo, lo que es la supervivencia de la fiesta.

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