EL HOYO DE LAS AGUJAS. POR JOAQUIN CHAVEZ

La política ha llevado a muchos actores de la vida pública a introducirse en la fiesta brava, en algunos casos solamente para darse a ver, en otros, desde siempre han estado inmersos en el toro. Pero en los días que vivimos se ha manifestado con más fervor, sobre todo en el primero de los casos y hay que recordar que se han dado en la historia matadores de toros, ganaderos, subalternos y demás participes de la fiesta han incursionado en el servicio público, llámese política, Silverio Pérez “El Faraón de Texcoco” fue presidente municipal en tres ocasiones de su tierra natal y sirvió a los suyos como toreó: con entrega y arte. La política y los toros se llevan bien, matadores de toros y novillos brindan sus faenas a gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, regidores, secretarios de Estado, en fin, a la clase de personalidades que tienen un encargo de gobierno en turno y ellos suelen ser muy buenos recompensadores, como muestra de agradecimiento les obsequian trajes de luces, capotes, autos, concesiones de taxi, entre otras cosas, de igual manera se tiene como regla ofrecer una comida, he tenido la oportunidad de acudir invitado a algunas de ellas y son realmente fenomenales. En una entrevista que le realizó Karmentxu Marín a Enrique Ponce para el diario El País de España le preguntaba que ¿Qué tipo de toro es la política? Y Ponce respondió: La política tiene también su peligro. Entre los políticos fíjese cómo se arrean. La política es un toro con genio. Otro cuestionamiento ¿Qué tipo de toro es la política? Contesta el valenciano: La política tiene también su peligro. Entre los políticos fíjese cómo se arrean. La política es un toro con genio. También hay políticos que van a los toros para ver toros y no para que los vean a ellos, Adolfo Lugo Verduzco, ex presidente del Partido Revolucionario Institucional y ex gobernador del estado de Hidalgo fue presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia y en alguna ocasión comentó que en la plaza de toros la gente se manifiesta de una manera muy espontánea; lo que pasa en la plaza es un termómetro de la opinión pública. Mientras la mezcla sea natural entre estos dos artes, el Aristotélico y el de Cuchares, y se dé de manera espontánea es fabuloso, pero cuando se forza para aparecer en las planas de los periódicos, ya valió. La Plaza de Toros México es un gran escaparate para políticos y artistas, sobre todo en los aniversarios, el esnobismo elevado a la décima potencia se hace presente. Sí, sí se llevan bien la polaca y el toro, sin embargo cuando la primera se involucra en lo segundo, con el sólo afán de figurar, suelen ocurrir infortunios, sobre todo cuando se trata de escribir algún articulo periodístico o para dar un discurso público, ya que es común que los hacedores de los textos no se asesoran o bien los asesores son quienes redactan y no lo hacen correctamente. Por ejemplificar un caso, hace unos días leí un texto que hacía referencia a la Plaza de Toros Monumental de Aguascalientes, en donde se dan datos de la feria y otros enjuagues, no sé si quien lo firma sea el autor, de ser así qué pena, de lo contrario hay van algunas precisiones. Menciona de manera textual que “la primera Feria de San Marcos tuvo lugar en el año de 1828 cuando Zacatecas en su legislatura decretó una feria anual que debía tenía lugar en Aguascalientes”, sin embargo fue en 1848 cuando se desarrolló la primera en San Marcos, antes era en el Parián y no en abril. También señala que “debido a la calidad de sus carteles y al amplio turismo que atraía, en 1974 se construye una plaza nueva, actualmente conocida como Plaza Monumental de Toros de Aguascalientes”, es al revés, primero toros y luego monumental, en fin, también comenta que “su arquitectura y ornamenta consta de elementos simbólicos religiosos inspirados en el arte de la tauromaquia”, ¿Quién le dijo eso? Le hubiera preguntado al ingeniero Jorge Medina que fue el constructor. Me siguieron brincando cosas, como esto de que “dicha plaza representaba un orgullo y traía beneficio a los habitantes de esta ciudad”, los sigue trayendo. “En el año de 1990 el Ing. Miguel Ángel Barberena mandó remodelar y ampliar la plaza, para que se explotara en su máxima capacidad y con ello se generaran mayores derramas económicas al Estado”, va. Luego habla de la venta del inmueble por parte del Gobierno del Estado y dice que “se vendió al mejor postor el recinto taurino dejándolo en manos de una empresa privada que ahora es la beneficiada y se lleva los excedentes proporcionados por los casi quince mil espectadores que presencian los eventos que se realizan dentro de la Plaza Monumental”, de verdad me gustaría saber ¿Cuáles excedentes? Y ojalá que fueran quince mil en cada tarde. Señala que la Plaza “se encuentra en posesión de la empresa de Espectáculos Taurinos S.A. de C.V. la cual explota al máximo el lugar y no genera ganancia alguna para el estado y los habitantes de esta ciudad, dejando a criterio de esta empresa fechas de corridas, toreros, y ganaderías”, le faltó de México al nombre de la empresa y en lo que respecta a la derrama económica, puedo asegurarlo, es mayor a lo que cualquiera se podría imaginar, recomiendo leer esta columna de hace quince días en donde comentó sobre la gran maquinaria que es la fiesta brava y todos los sectores que se ven beneficiados con ella. Aun hay más, en las reflexiones se menciona que “en tiempos pasados la afición taurina disfrutaba de las corridas y ello no únicamente se reflejaba en la emoción y pasión del espectador, también se reflejaba en la economía de nuestro estado, ya que venían de otros estados y dejaban una derrama muy importante en la ciudad por hospedaje, comidas y aprovechaban para efectuar compras de ropa y otros productos que se elaboran aquí”, tal vez quien redacto no vaya mucho a los toros, ni a los alrededores del coso, o no haya platicado con algunos comerciantes del centro, porque aun se reflejan la pasión y también se reservan hoteles, además de que, es cierto, cada vez son menos los productos que se fabrican aquí, pero se sigue dando derrama económica. Para colmo cierra el texto con “una reflexión final”, en donde enfatiza, y así lo comenta ”que la privatización hecha de la Monumental Plaza de Toros no fue sinónimo de modernización para Aguascalientes, por el contrario representó una pérdida de la cual únicamente resultaron beneficiados los actores políticos que concretaron su venta y los empresarios que la adquirieron”, no veo quién, desde la administración pública se anime o pueda dar corridas de toros con cargo al erario, toda la vida se arrendó el inmueble, ahí sí al mejor postor, siempre el empresario en turno, de cualesquier plaza en el mundo es quien decide a qué toreros contrata, qué ganaderías se lidian. Con lo anteriormente vertido no pretendo de ninguna manera polemizar, ni enconar ideas, mucho menos tomar partido de una u otra parte de que se hacen mención en el artículo original, simple y sencillamente me atrajo la desinformación de algunos puntos y me entretuve en deshojarlo, descifrarlo y ahora traducirlo.