sábado, 15 de agosto de 2009

"EL PRECIO DE ESCALAR": ARTICULO DE OPINION.

Llegar a la cumbre del toreo es toda una aventura; duro es el camino, es casi imposible poner tu bandera en la cima de la montaña, a la cual solo llegan los privilegiados, los escogidos y los persistentes. En la actualidad, nuestra triste fiesta mexicana, está deseosa de ver a un puñado de toreros escalar sus filosas piedras y poder sentir, que en su cima, no hay una, sino varias banderas, con nombres diferentes, ondeando en lo más alto de la toreria. Algunos ya, como Zotoluco, se cansaron de ver la vida desde las alturas y han decidido dejar que otros ocupen su lugar. El más adelantado, que esta a un paso de ocupar, ese lugar, que han dejado los grandes, es Arturo Macias, que ha escalado a brazo partido, luchando contra las caidas y los traspies que le han provocado algunos. Pero atras de Macias, existen un numeroso grupo de "escaladores", que aspiran seguir sus pasos y que estan dispuestos a todo con tal de alcanzarlo en su vertiginosa carrera hacia el cielo. Muchos nombres hay en esa lista, todos interesantes; cada quien en su estilo y su circunstancia, sobresaliendo aquellos que poseen calidad y arrojo. Y todo esto, estimados lectores, me lleva y me obliga, a hablar y comentar la actuación de Fabian Barba, ayer en San Luis Potosi. El joven de Aguascalientes, salió a por todas, no desperdició un minuto en probaturas, la decisión reflejada en el rostro, el corazón ardiendo y la cabeza igual; cegado por las ganas, no midió el peligro, el riesgo y lo que se jugaba, sobre todo con el berrendo, segundo de su lote, que ha sido un marrajo, malo por donde se le quiera ver, pero a Barba no le importó, su mirada y su pensamiento estaban en otra dimensión, en ese camino hacia lo más alto del toreo. No se si se dió cuenta que estaba calado; no se si midió el trance por el que pasó, porque menuda paliza le dió el morucho, no se, si dimensionó, que rayó en la irresponsabilidad humana y que se puso en sitios donde muy pocos se ponen. Pero mientras averiguo todo este "intringulis" que traigo dentro, si puedo comentar que hay dos cosas de las cuales, si me he podido dar cuenta y que como aficionado, agradezco. Una, que Arturo Macias ha marcado la linea, el sitio y la actitud que deben tener los que quieran escalar la cima; y la segunda, que es un placer ver que existen toreros, como Fabián Barba, decididos a seguirlo y que sin la menor molestia, se juegan la vida, emocionan y demuestran, que para ser figura del toreo, te tienes que romper el alma., ha pesar y a costa de todo. Fernando Lahoz

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