jueves, 13 de agosto de 2009

LOPEZ SIMON CORTÓ TRES OREJAS. GERARDO ADAME SE FUE DE VACIO Y ADOLFO RAMOS PINCHÓ UNA BUENA FAENA.

CASI SE LLENÓ "LA MALAGUETA" EN LA FINAL DEL DIA DE HOY.
Entretenida final del IV Certamen de Escuelas Taurinas 'La Malagueta' en clase práctica celebrada ayer en la plaza de toros de Málaga, que rozó el lleno. La gente disfrutó con la evolución de los tres jovencísimos toreros que pasaron a la final: Alberto Simón (Madrid), Adolfo Ramos (Málaga) y Gerardo Adame (Badajoz). A los chavales le echaron una novillada muy fuerte de Las Monjas, que salió buena en líneas generales, pese a la mansedumbre de algunas reses. A los novillos le podrían haber dado un puyacito -el reglamento lo contempla en las clases prácticas-. Algunos toros más pequeños que los novillos de ayer los hemos visto en plazas cercanas. El madrileño Alberto López Simón fue el que mejor conectó con los tendidos. Lanceó bien al primero, al que instrumentó una serie cambiando de mano a modo de remate. Fue su carta de presentación. Su acartonada figura y andares son una mezcla de César Jiménez y Alejandro Talavante. Empezó la faena muleteril de rodillas y le dio una larga serie con la derecha, aprovechando que el animal se desplazaba. El novillo, mansete, buscó chiqueros, y el torero cayó en su trampa -le debió cambiar los terrenos-. Sufrió una voltereta de la que salió maltrecho. Concluyó con bernardinas y mató de estocada baja. La fuerte petición obligó al presidente, José Luis Viera, a conceder las dos orejas. Desplantes ovacionados En el cuarto toreó a la verónica con una rodilla en tierra. El chaval mostró oficio y maneras. Instrumentó varios muletazos en el mismo sitio, sin moverse. Sus desplantes fueron muy ovacionados. Resultó cogido sin consecuencias. Mató de pinchazo, estocada y descabello y, aún así, se llevó una oreja. Su mozo de espadas lo sacó a hombros de La Malagueta. Al proclamarse vencedor del certamen, además de la escultura de David Vaamonde, toreará una novillada picada en la Feria de Málaga de 2010. Un buen premio, sin lugar a dudas. Había muchas ganas por ver al melillense Adolfo Ramos, de la Escuela Taurina de Málaga. En su primero estuvo sosote, en una faena anodina que empezó en el centro del anillo con dos pases cambiados por la espalda. Ramos no se arruga y hace las cosas despacio. En una serie que le dejó la muleta puesta hubo algo de emoción, pero la gente se mostró fría. Como fue breve con el acero, se le concedió una oreja pedida por los espectadores. Estuvo mejor en el quinto, y eso que el novillo tenía arrancadas violentas propias de un manso y era escarbón. El chaval corrió la mano izquierda con gusto y los derechazos tuvieron ligazón, lo que transmitió mejor a los tendidos. Precisó de un pinchazo y estocada para llevarse una oreja con petición de la segunda. Hubo un detalle que no nos gustó de Adolfo Ramos. Cuando sus dos compañeros de terna resultaron cogidos, él permaneció impasible en el callejón; no saltó para auxiliarles. Todo lo contrario que le ocurrió a él cuando fue volteado: los otros dos torerillos saltaron en su ayuda. Cosas de la bisoñez. Muy voluntarioso El mejicano Gerardo Adame que prepara el que fuera matador de toros Luis Reina estuvo muy voluntarioso toda la tarde. En su primero acertó con la distancia a mitad de faena. Media defectuosa, un pinchazo y una estocada acabaron con la res. Al último, que recibió con una larga cambiada, le aguantó los parones a mitad del muletazo con un valor probado. La faena fue de altibajos porque se empeñó en no darle sitio al toro. Dio un mitin con la espada: pinchazo, estocada y seis descabellos.

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